La cascada de Nikobuchi, integrada en el curso del río Niyodo, es una joya por descubrir que atrae a aventureros y amantes de la naturaleza por igual. Este lugar con encanto es famoso por el fenómeno del «azul Niyodo», término acuñado por el fotógrafo naturalista Nobuyuki Takahashi, que captó el color singular que se genera cuando la luz del sol incide sobre la superficie de la piscina natural. Si bien el mediodía es el mejor momento para contemplar la piscina natural en todo su esplendor, el espectro de tonos verde azulados a lo largo del día convierte cualquier visita en un deleite para la vista.
Además de su espectacular atractivo visual, el lugar está impregnado de leyendas locales. Según el folclore japonés, las aguas son la morada de un dios del agua, que se manifiesta en forma de mítica serpiente gigante. Como los habitantes del lugar lo consideran un lugar sagrado, se recuerda amablemente a los visitantes que muestren sus respetos a la santidad de la cascada de Nikobuchi absteniéndose de nadar en ella y disfrutando de su ambiente apacible.
Para acceder a la cascada es preciso sortear rocas resbaladizas a orillas del agua y recorrer una subida escarpada, por lo que se requiere calzado resistente. Sin embargo, la ruta promete vistas impresionantes y puede que incluso un atisbo de las escamas de la mítica serpiente deslizándose entre las aguas profundas bajo la cascada.
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