Si te encuentras en la bulliciosa Osaka disfrutando de los platos de la capital gastronómica de Japón, pero anhelas los templos, las casas de té y la vegetación, una rápida excursión a Nara te aportará la dosis de naturaleza que necesitas.
Pon rumbo al parque de Nara para ver la mejor muestra de templos y santuarios de la ciudad y acercarte a los famosos ciervos sika de Nara.
Cuenta la leyenda que la antigua deidad Takemi Kajichi no Mikoto cabalgó hasta el parque de Nara —formado en gran parte por los terrenos del santuario Kasuga Taisha— a lomos de un ciervo sagrado. Por ello, los ciervos de Nara se consideran animales sagrados y están muy protegidos.
A pesar de ser famosos por las galletas shika senbei de Nara, los ciervos sika son salvajes y se alimentan principalmente de plumeros de la Pampa y otras variedades de pasto. Esta alimentación a base de hierba también diferencia a los ciervos de Nara de otros ciervos japoneses, por lo que merece la pena visitar el parque para vivir este encuentro incomparable con el mundo natural.
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